miércoles, 31 de diciembre de 2014

Silbando ideas...

En el momento en el que este año respira sus últimas bocanadas de aire, me dispongo a escribir sobre lo que ha acontecido, sobre cómo ha sido el camino que hemos emprendido este año, a dónde nos lleva, que errores y que aciertos hemos cometido, que victorias y que fracasos y que opinión tengo de ello, que pienso y que tengo que ir sacando de mis entrañas para que no se me quede una sensación de silencio y acumulación dentro de mí que no me deje respirar.

El mundo gira y gira, nosotras sólo vivimos en un minúsculo espacio de tiempo y siendo una persona entre millones, aunque nuestros pensamientos sean infinitos. A penas contamos como algo en la historia de la humanidad, nadie recuerda quien inventó cosas importantísimas para la humanidad, para la historia del universo no somos nada, ni siquiera nuestro planeta quizá, y sin embargo existimos, pensamos, crecemos, dudamos, aprendemos y nuestro objetivo es avanzar, mejorar como especie, mejorar la vida de las que nos precedan, estar a la altura de las que estuvieron antes que nosotras por este loco planeta, empapándonos de su sabiduría, corrigiendo sus errores.



El año lo comencé en Argentina; fue toda una apertura de ojos, de ver el continente por donde vendrán los cambios para la historia de la humanidad, el laboratorio de la izquierda postsoviética, el lugar donde el capital muestra su cara más despreciable. Porque el capitalismo no debemos olvidar que no es sólo EEUU y Europa, el capitalismo es África, Latinoamérica, India, sudeste asiático, es guerra, golpe de estado, gobiernos títeres. Allí buscan políticas de empoderamiento de la sociedad, de protección social, de cooperativismo laboral y de democratización absoluta. Evidentemente, nada es perfecto y si el pueblo no se involucra en los cambios de su país los problemas aumentan por falta de fiscalización, crítica y propuestas.

Regresé a España y me sorprendí caminando junto a miles de personas en las marchas de la dignidad del 22M, compartí pasos con gente que tenía ansias por mejorar este país, este mundo. La idea de unificar la izquierda para lograr unos objetivos comunes parecía más cercana; pan, trabajo, techo y dignidad, ese era el grito más repetido y ese nuestro programa ante la sociedad.



Al llegar a Elda, intenté involucrarme en mi pasión, en la política. Estuve en la plataforma de “No al castelazo”, una organización que pretendía que una de las pocas plazas históricas de mi ciudad no fuera derribada para mayor gloria de nuestra alcaldesa. Recogimos firmas, hicimos charlas, reuniones de trabajo, asambleas por barrios, todo lo que se le puede exigir a una plataforma ciudadana. La gente dio una respuesta sincera con las firmas, llegamos a superar las 4.000. En contrapartida, las asambleas eran poco numerosas, las reuniones de trabajo cada vez menos eficientes y la ciudadanía mostraba sus quejas en las conversaciones o por las redes sociales, pero era incapaz de apoyar las acciones de una plataforma que pretendía que no se hiciera una obra faraónica, por un precio desorbitado y lo más triste es que les repercutía a todos, que hay gente pasándolo muy mal económicamente.

Las críticas nos llovían por todas partes, unos diciendo que éramos unos antisistema, otras que éramos muy blandos, todos desde el exterior, sin arrimar el hombro, sin limar las asperezas para conseguir un objetivo claro, justo y necesario. La plaza está actualmente en obras. La plataforma continúa sin tener un  objetivo claro, si hubiera tenido una respuesta popular contundente quizá no hubiéramos logrado la paralización del proyecto, aunque sí podríamos haber conseguido crear una plataforma ciudadana para la participación ciudadana que lograra ser escuchada ante estos injustos actos de los gobiernos municipales.

Durante este periodo pasaron las elecciones europeas, que supusieron un auge de mi formación, IU, consiguiendo uno de sus mejores resultados. Ahora estamos pagando, con creces, la falta de democratización interna de la organización para la confección de listas, ya que en estos comicios se presentaron unos compañeros, a los que habíamos glorificado, y que al decir que querían primarias para elegir al candidato, los dejamos marchar. Cierto es que fuimos algo torpes; hoy hacemos primarias por todo el estado.

De hecho, en las primarias de EUPV un grupo de compañeras presentamos una lista, en la que yo estaba incluido. Nuestra intención fue que no hubiera una lista única pactada (luego se dividió en dos), que las asambleas de base tuvieran el poder para elegir candidatos y que en las primarias se colocaran en orden y se desecharan los que la militancia considerara que no debían ir. Poca gente nos quiso entender, nuestros nombres estaban puestos en orden alfabético para que la decisión no llevara ningún tutelaje y el militante se sintiera más involucrado en la decisión, por tanto, informarse mejor y, quizá, pudiéramos lograr una militancia más activa aun. Pues no pasó, la gente no nos votó, muchas votaron en lista cerrada, con la numeración que llevaba la lista sin plantearse el resto.



El partido que surgió de nosotros mismos fue Podemos, un partido de una verticalidad muy pronunciada, con una cúpula muy preparada y que siempre hemos tenido en IU en gran estima. Su carismático líder, Pablo Iglesias, llevando un discurso claro y potente ha logrado que las encuestas le aúpen a lugares donde IU nunca llegaba. Estamos completamente desplazados de la actualidad política, para el sistema es más cómodo un Podemos con ideas difusas, silencios, sin mojarse, sin situarse ideológicamente…

La ciudadanía encantada, toda la labor de movilización de muchas organizaciones durante estos años (IU, PAH, Marchas, Mareas, etc.) se ha frenado de golpe, ahora hay que ganar las elecciones, eso parece lo fundamental, aunque con ello engañes al pueblo. En noviembre las manifestaciones por las marchas apenas lograban reunir a 2.000 personas en Valencia y Alicante, una cifra irrisoria a las que se estaban dando anteriormente.

Yo considero que IU tiene que hacer un trabajo pedagógico, hacer comprender a la población que para cambiar este país y este planeta se tienen que esforzar, tienen que presionar, tienen que exigir, tienen que tener instrumentos para lograr canalizar sus quejas. En IU tendremos que cambiar vicios, creernos nuestros discursos e intentar unificar criterios. Borrar toda mancha de colegueo, amiguismo, apoltronamiento, nuestro objetivo es cambiar el mundo, pues no desfallezcamos.

La situación extrema que atravesamos, lleva a la sociedad a buscar un salvador con tal de no tener que hacer nada, continuando con su vida y mostrando su queja a través de un voto. Tenemos que intentar luchar por una sociedad más activa políticamente, que no nos pase como en el 82 cuando gente se cambió de camisa para votar a Felipe González, hubieron hasta los que se marcharon de partidos de izquierda verdadera para cambiar el PSOE desde dentro, ya podemos ver el fracaso de esa táctica. El único camino es la lucha por nuestros derechos, dejar de ver tanto fútbol y crearse una conciencia crítica de lo que sucede, dejar los programas del corazón y exigir nuestra igualdad racial, sexual, económica,…

Que ahora Cañamero se vaya de IU para mi es una decepción, porque es una persona de acción, es un persona con la que me enorgullecía de compartir militancia, pero en el SAT, o CUT-BAI, también tienen sus incoherencias, igual que nosotros. La esperanza la ponemos en que un partido hermano como Syriza se postula como vencedor en las elecciones griegas, esperemos que sea la grieta por la que nos empecemos a colar en la realidad europea.

Ahora sólo queda que hacer un programa común en el que muchos nos unamos y para mí lo fundamental sería: Derecho a la vivienda garantizado; mejora de la educación y sanidad pública, quitando ayudas a concertadas y privadas del tipo que sean; creación de trabajo, mejorando condiciones laborales y reduciendo las horas de los que trabajan; democratización absoluta del estado; derecho de autodeterminación de los pueblos; solidaridad con los países que condenamos al subdesarrollo, ayudas a la dependencia y un alguna cosa más que se me escape.

Nadie habla si no va a ser escuchado; yo en los últimos meses tengo menos ganas de escribir y hablar, siento que la gente se esconde, que otros desconfían y aunque dicen que me respetan, me siento muy sólo en mis opiniones, poco valorado. Así que se me quitan las ganas de continuar luchando contra viento y marea, de intentar ser pedagógico, comprensible, a veces tengo ganas de quedarme en silencio y otras lo hago ante la poca atención que me prestan. Luego recuerdo a Brecht, a sus imprescindibles y continúo…

Por último, sólo quería poner en relieve la importancia de que esta sociedad se empodere, se manifieste, participe, luche, crea, aprenda y debata, construya. No le demos una carta blanca a una persona, mostremos nuestra opinión, reforcémosla y levantémonos, si no es imposible.

Esperemos que el 2015 sea el año en el que este mundo comience a cambiar para mejor, para acabar con el hambre y la pobreza y donde la sociedad deje de estar aborregada y luche por un mundo, como dijo Rosa Luxemburgo, donde seamos: socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.