Me era
imposible finalizar este mes de abril sin escribir alguna cosa por aquí. Abril
es el comienzo de la primavera, va aflorando lo que nos rodea, van iluminándose
más y más nuestras casas y parece que nuestras vidas, a pesar del frio pasado,
renacen para tomar las calles y las plazas.
Además
hay muchas efemérides en este mes; En abril fue cuando una batalla eliminó las
pequeñas libertades históricas que había tenido el territorio valenciano, en
ese 25 de abril el mal vino por Almansa, un ejercito conquistó e impuso una
represión terrible a estos territorios, ahora nadie lo recuerda, asumimos al
conquistador y nos representamos con él, vino disfrazado el enemigo de muchas
cosas y todas nos sirvieron para creer que el mejor camino era el equivocado.
En abril
también lanzó Lenin sus tesis, que respondían a las demandas de una sociedad en
crisis: La tierra para el que la trabaja, no a la guerra y todo el poder para
los soviets, tienen mucho sentido en los días en los que vivimos ya que nosotros
también queremos más trabajo cooperativo y no especulativo, no queremos que las
cosas se sigan intentando arreglar con la amenaza o el hecho de una guerra y
por supuesto queremos un democracia real, asamblearia y participativa con la
responsabilidad que conlleva.
El 14
de abril del 31 se proclamó la República Española, el periodo más democrático y
de mayor emancipación del proletariado de la historia de este país, más
escuelas, reparto de tierras, la paz como ambición exterior y toda una serie de
medidas tomadas para beneficiar a los que durante siglos se les humilló, robó y
hundió.
Y hace
ya menos, un abril de 1974, unos capitanes descontentos por la falta de
libertad en su país, decidieron hacer una revolución, pasaría al imaginario
colectivo con el nombre de la Revolución de los claveles, ya que el pueblo
cuando salió a la calle colocó estas flores en los cañones de las armas de los
soldados. Paradójicamente, muchos de estos capitanes no fueron al homenaje que
se les hace anualmente, ya que dijeron que ellos lucharon por la democracia y
que esta ya no existía en Portugal.
Y esto
nos lleva a pensar en la situación que vivimos ahora, donde la mayor esperanza
que tenemos es en que la sociedad evolucione, tenga un pensamiento crítico,
luche con fuerza por lo que cree más justo. Pero no es así, vamos perdiendo los
que creemos en un mundo donde la gente pueda vivir con dignidad, a esta
sociedad le da lo mismo ahora que hay crisis, y le dio lo mismo antes, que en
África la gente muera de hambre, que en Sudamérica esté explotada por las
multinacionales primermundistas, les da lo mismo que allí la gente lo pase mal,
utilizamos eufemismos como que son países en vías de desarrollo ¿Qué? Cuando se
van a desarrollar si los estamos saqueando, para que aquí nos cuesten más
baratos los productos que importamos.
Lo peor
es cuando defendemos a empresas como Repsol, Santander, BBVA o Telefónica,
multinacionales que saquean cualquier territorio, que pagan golpes de estado
para lograr más beneficios de esos estados, que manipulan la opinión de los que
vivimos en Europa porque también controlan la mayoría de medios de
comunicación…
Hemos
perdido la batalla por la educación, nos enseñan a obedecer, a ser
disciplinados, a creer en lo que se nos dice sin ni siquiera planteárnoslo.
Quizás hoy por hoy se ve más claro que nunca que no hay más ciego que el que no
quiere ver, que la caverna de Platón sigue existiendo, nos han enganchado a
televisores, futbol, videojuegos, novelas de mierda, revistas de vividores y
gente sin principios. Lo importante es comprar, no importa de donde venga, si
es bueno o malo, mientras haya salido en la tele… Nos venden lo que quieren,
porque no nos importa nada, no nos importa el vecino, el amigo o el extranjero
y así generan el mensaje de odio que se canaliza hacia la ultraderecha,
representada en el PP en España y en el FN en Francia. Que fácil de entender es
el mensaje de odia todo: No tienes trabajo,
no te atienden en el hospital, no te dan una subvención, tu novia se va
con otro, pues no seas autocrítico, así nos lo dicta nuestra sociedad, no
pienses lo que has hecho, no intentes rectificar, la culpa es del diferente, el
que no es de los nuestros. Así es como gana adeptos el mensaje pseudofascista
que impera en la sociedad.
Mientras
eso pasa, el resto se tapa los ojos, lo saturan de noticias putrefactas y ya le
eliminan sus ganas de ver lo que sucede, de llegar al fondo del asunto. No se
llegan a plantear que ha pasado en este planeta para que 0’16% de la población
controle el 66% del dinero, no se han planteado a quien benefician las medidas
de austeridad, nos se han planteado porque en nuestro país hemos mandado toda
la industria a China, India o Marruecos, porque aquí realmente no han subido
los sueldos en quince años.
No se,
hay veces que acabo cansadísimo de explicar y explicar que este mundo puede ser
mejor, pero nunca pararé de hacer lo que hago, aunque en ocasiones solo me
conteste mi propio eco.