El viento me golpea el rostro, el sol cuartea
mi piel, el ritmo natural de la vida continúa; la cebada y el trigo crece
milímetro a milímetro, segundo a segundo, sin prisa, imparable, constante,
esperando que llegue el verano y comenzar de nuevo su ciclo. Las carrascas y
sabinas pueblan las colinas cercanas, árboles achaparrados que no dotan de
espesura a los bosques, resistiendo los inviernos fríos, los veranos calurosos,
las sequías, las nieves, las tormentas. En el cortado pedregoso de un monte,
donde anidaban los buitres, se alza una torre medieval y a sus faldas una
iglesia se ve rodeada de casas de piedra, que se apoyan en grandes rocas o se
adentran en la profundidad de las cuevas que se han ido formando a lo largo de
siglos.
Mientras camino sobre tierra amarilla y la
hierba verde, respiro con todas mis fuerzas el aire limpio que penetra por mis
fosas nasales, con todo el tiempo para pensar, para hablar, para escuchar, para
comprender, para leer, criticar y creer. Sin que nadie me marque la agenda;
lejos de la inmediatez de las noticias televisivas, sin cobertura que me
comunique con el exterior, que me informe de lo que ocurre, que me distraiga de
mi tranquilidad. Sólo unos pocos vecinos, unos libros interesantes, Soraya, mi
pluma, mi libreta…
Este marco incomparable, mi pequeño bastión
en medio de la tormenta, me ha llevado a recapacitar sobre la pregunta que
tantos me hacen: “Vas en la lista de IU a las municipales ¿no? ¿Y eso?” Uno se
queda sin saber muy bien que decir o podría estar hablando de ello durante
horas. Podría decir tantas cosas… podría decir que cada día sueño con un mundo
más justo y, sin embargo, desde que tengo uso de razón sólo he visto empeorar
este planeta. Podría explicarles que cada injusticia que se comete en el mundo
la siento como si me la hicieran a mí, como si se la hicieran a alguien cercano
y esa empatía que me hace ponerme en el lugar de todas esas personas olvidadas
me ha llevado siempre a moverme, a luchar, a analizar, a ser crítico, a querer
construir un mundo en el que todos y todas tengamos nuestras necesidades
cubiertas y de esta manera vivir libres y en paz.
Por mucho que esta sociedad quiera taparse
los ojos ante los desastres, cada día mueren en el mundo 40.000 personas de
hambre, cuando se produce comida para suficiente para que esto no ocurra. El
capitalismo ha mercantilizado a todos y todas las que habitamos esta tierra, todos
los recursos que se pueda sacar de ella y el único dios que vive entre
nosotros/as es el dinero. La guerra asola a los pueblos por intereses
económicos, la investigación científica cada día está más enfocada al
militarismo, las farmacéuticas buscan remedios paliativos para enfermedades
primermundistas, los transgénicos son empleados para acaparar más producción y
tener más beneficios, sin importar si dejan las tierras baldías y las
dificultades que pasan el campesinado por tener que comprar y comprar semillas
para volver a sembrar.
El sueño europeo, que tanto se ha deseado a
lo largo de la historia de nuestro país, se ha convertido en un pesadilla,
saltándose en muchas ocasiones el interés general y sin posibilidad de
fiscalizar lo que ocurre en Bruselas por parte de la población, siendo mínimos
los recursos democráticos que tenemos ante esos sátrapas y usureros que deciden
quien vive bien en este continente y, en muchas ocasiones, en el mundo. Los
beneficios culturales que pudiéramos haber obtenido, parecen nada ante los
perjuicios a los que nos ha llevado la Unión Europea, en su vorágine por hacer
que el dinero y los recursos financieros se muevan a sus anchas por el
territorio, olvidando igualar los derechos sociales, laborales y humanos.
Creo en un estado donde la dignidad de las
personas esté por encima de cualquier cosa; donde todo el mundo tenga derecho a
una vivienda en condiciones, tenga la posibilidad de trabajar con un sueldo
justo y un tiempo libre suficiente para realizarse como persona. Un estado en
el que la educación sea pública, crítica, laica y de calidad dándole la gran
importancia y recursos que se merece. Quiero una sanidad pública que no niegue
a nadie el ser atendido, que tenga todo el material y los recursos humanos
necesarios para atender perfectamente a cualquier persona, reduciendo listas de
espera y en la que no tengamos que ver cosas tan vergonzosas como a nuestro
jefe de estado operándose en clínicas privadas. Me parece fundamental que los
servicios sociales estén en pleno funcionamiento; ya que las personas con
discapacidad tienen que lograr tener una vida normalizada, con las ayudas
suficientes para tener los cuidados adecuados para lograr tener una calidad de
vida máxima. Quiero que las familias excluidas de la sociedad tengan todas las
facilidades para integrarse, para aspirar a vivir como cualquier otro y no sean
estigmatizados por su condición y consigan salir de la espiral que les mantiene
en condiciones de vida nada deseables.
La
decisión de ir en número 2 en la candidatura de EUPV al ayuntamiento de Elda no
la tomé yo directamente, sino que en unas primarias abiertas los compañeros y
las compañeras, junto con simpatizantes, consideraron oportuno que yo estuviera
en ese puesto y con sus votos me auparon hasta ahí. Lo cierto es que me ha
hecho mucha ilusión, que se suma a la responsabilidad de involucrarme de lleno
en llevar mis ideas a la realidad, pasar de la teoría a la práctica, del debate
a la acción, siempre sin dejar de soñar, sin dejar de formarme, sin dejar de
ser crítico.
Mi ciudad, Elda, ya lleva muchos años en crisis;
cuando era pequeño en los libros de geografía aparecía como la sexta ciudad en
número de habitantes del Pais Valencià,
ahora ya no está ni entre las diez primeras y en los últimos años ha perdido
2.000 habitantes, mucha gente de mi edad ha tenido que abandonar la ciudad para
buscarse un futuro, bien sea en España, bien en el extranjero. Nuestra ciudad
se presenta al visitante como un lugar donde no se ha respetado nuestra
historia, con un casco antiguo en una situación lamentable, con barrios dejados
y degradados. La industria del calzado está consiguiendo sobrevivir a duras
penas, no se ha logrado diversificar la industria y sólo se ha conseguido
llevar a esta ciudad al segundo puesto en menor ‘renta per cápita’ y al cuarto
con mayor desigualdad social de toda España. Caritas y Cruz Roja se ven colapsadas
por las peticiones de comida que tienen por parte de las familias más
vulnerables con la crisis.
Lo fundamental en el funcionamiento de una
ciudad son las personas habitan en ella, esas gentes que se levantan para
trabajar cada día, que compran, venden, consumen o sirven en los comercios que
pueblan las calles, los hombres y mujeres que pasean por sus calles, que hablan, ríen, disfrutan o lloran en ese compendio de edificios y asfalto que componen una
urbe, que no son más que individuos que forman una comunidad con sus
costumbres, tradiciones, su forma de hablar, de comportarse, su orgullo, sus
características similares unos a los otros y con mínimas diferencias con los de
otro lugar. Por toda esa población que habita Elda es por lo que voy en esta
lista. Porque no quiero que haya ciudadanos de primera y de segunda, queremos
que todo el mundo tenga derecho a alimentarse y para ello el ayuntamiento haga
un comedor municipal en el que todo el mundo pueda tener asegurado el sustento
mínimo diario. Queremos acabar con el paro, municipalizar servicios para que no
hayan empresas que se aprovechen del dinero de los contribuyentes, queremos
apoyar las cooperativas, ya sean para crear un trabajo de calidad o para
asegurar viviendas a un precio justo, queremos que la gente tenga un techo
donde vivir, un lugar donde desarrollarse como persona junto a su familia y lo
vamos a conseguir por medio de alquileres sociales. Queremos que todos las
personas sean tratadas con dignidad; los discapacitados que ahora se ven
abocados por la Generalitat al
copago, las personas de diferentes etnias y condición social que tengan las
mismas oportunidades que todos. Queremos que la gente tenga una programación
cultural adecuada, que nuestra ciudad siempre tenga algún evento, dándole
facilidades a las asociaciones existentes y con espacios para que cualquier
colectivo tenga las facilidades para desarrollar sus actividades (locales de
ensayo de música, danza, teatro, pintura, escultura,…) aportándonos todos y
todas. Queremos puntos de lectura por todos los barrios, horarios de
bibliotecas más amplios para los universitarios, queremos una red de cercanías
que nos una a los municipios de alrededor, a la universidad. Queremos firmar
convenios con las dos universidades de la provincia, con la posibilidad de que
en nuestro municipio se impartan más estudios. Queremos una ciudad más acorde
con el medio ambiente, con carriles-bici, alquiler de bicicletas, transporte
urbano más fiable y útil, reforestando nuestros montes, sembrando en los
jardines especies autóctonas de la zona para que se adapten a la falta de agua,
métodos de ahorro energético e hídrico. Queremos una ciudad de la que nos
podamos sentir orgullosos, donde todos los ciudadanos y ciudadanas que la
habiten vivan con la mayor dignidad y felicidad posible.
Pero sobretodo, quiero una ciudad donde sus ciudadanos
decidan hacia dónde va, con métodos de participación ciudadanía para que el
pueblo decida, para que seamos los que habitamos Elda los que propongamos,
pensemos, decidamos en qué y para qué se gasta el dinero que la ciudadanía
aporta con sus impuestos.
Por todo ello y alguna cosa más quiero
representar a la ciudadanía, luchar por sus intereses y volver a ver como
nuestra ciudad resurge de los muchos años grises oscuros, casi negros que ha
vivido. Sin nada más que decir me despido con la ilusión de que os pongáis en
contacto conmigo ante cualquier pregunta que tengáis sobre esta candidatura que
tanto admiro.
Persona que sabe escuchar al viento, que es capaz de oir el eco de la naturaleza en el fondo de una agreste cueva, o que goza respirando el poco aire que limpio nos va quedando en estos difíciles momentos que andamos aguantando , sufriendo o padeciendo, que es capaz de describir en forma poética, natural y sencilla el entorno que le rodea, bien merece el calificativo de artista creible, cuando conociendo de sus inquietudes sociales y políticas viene a decirnos o a confesarnos que ha decidido presentarse a las elecciones municipales en el número dos de una lista, por el sistema democrático de primarias abiertas, y bajo unas siglas en las que sólo se puede ser o estar por un claro inter´ñes de servir a los demás, y que a todas luces resulta manifiesto que Iñaki Perez, de trepa, oportunista o demagogo tiene bien poco, cualidades que para mi le honran y me llevan a pensar u opinar que podemos tener y/o depositar nuestra confianza en jovenes bien preparados como él.
ResponderEliminarUn buen amigo mío metido en política, allá por los años 80, refiriéndose a un momento determinado, pronunciaba o hacía estos comentarios ante la opinión pública: "No rechazo a un partido, sino al bunker que lo controla y domina"....."Solo los artistas de la política, no los ambiciosos son capaces de gobernar"...."La esperanza de un pueblo, la ha hecho estallar la mediiocridad de estos políticos".....Mis convicciones y el amor por mi ideología no ha cambiado en absoluto. Y en mi proceder, lo que pienso lo hago por fortalecer los preincipios por los que he luchado. Los que por intereses intentan silenciar a las idelas de otros, no se pueden llamar defensores de la democracia".
Iñaki, en ti veo a un político de los imprescindibles, que a pesar de poco conocernos si he tenido la fortuna de compartir contigo alguna inquietud como en la plataforma contra el castelazo y poco más. Desde la humildad y la sencillez que te carazteriza, has abido ganarte mi desinteresada confianza, como espero que te ganes a otros muchos, porque en tí he visto a un ARTISTA de la política, preparado, capacitado y concienciado para hacernos agradable esta decadente y desentonada actual política que anda en manos de ineptos o de interesados corruptos.
Esto opino de ti. Te animo y te desea mucha suerte.