El
largo camino emprendido por la humanidad continuó; la vida de las personas en
la edad media no sufrió grandes cambios en las zonas rurales, su vida seguía
siendo durísima y las personas que luchaban con el arado, en un trozo de tierra,
seguía sin proporcionar más beneficios que un hambre casi sistémica. Su lucha
por la supervivencia les hizo crear una protoindustria agraria que les
proporcionaba algún beneficio entre sus vecinos, pero los altos impuestos que
había que pagar en cada señorío (parte de la cosecha, utilización del molino o
del horno,…) hacía que su vida tuviera pocas posibilidades de mejorar.
Las
ciudades fueron avanzando algo más, se crearon las primeras universidades que,
aunque mayoritariamente eran para los estratos más altos, la nobleza y el
clero, comenzaron a difundir un conocimiento necesario entre la sociedad. Había
también gremios de artesanos y oficios, que lograron la profesionalización de
muchas manufacturas y expresiones artísticas, a pesar de lo difícil que era
escalar en el gremio ya que tenía una estructura muy rígida. El comercio se
habría paso en las grandes ciudades y lograba algo más de movilidad para las
personas y hacía que la avaricia de la nobleza y de la nueva burguesía se
hiciera más y más grande para lograr todos los beneficios posibles.
Poseer un
paso en una ruta comercial, o acceso a una materia prima importante, daba
grandes beneficios, así que se continuaron las guerras para lograr que los
nobles aumentaran sus riquezas, luego a estas guerras se les disfrazaba de
religiosidad o se consideraba que respondían al honor, cuando en realidad solo
morían pobres personas, que no habían empuñado una espada en su vida, para
aumentar las riquezas del noble que les “dejaba” cultivar sus tierras (si no luchaban
por su señor los tiraban de sus tierras). Así conquistaron la península ibérica
los reinos cristianos del norte, así se embarcaron en las cruzadas los reinos
europeos y así fue como comenzó la época de los descubrimientos en el s. XV.
Luego el Estado Vaticano, con el Papa como rey, lo maquillaba todo de
cristianismo y así todo quedaba muy bien porque “Dios lo quería así”.
El
final del medievo fue muy duro para la mayoría de la sociedad europea, la peste
se hizo presente en casi todos los reinos, en mayor o menor medida, y la
población del viejo continente se vio diezmada por esta enfermedad, que atacaba
a todos por igual, daba lo mismo la cuna que hubieran tenido. Además, las
guerras también sangraban a la sociedad; como la de los 100 años entre los
reinos de Inglaterra y Francia, o la conquista de Bizancio, último reducto del
Imperio Romano de Oriente, por parte del Imperio Turco.
En la
península Ibérica continuaba su propia guerra desde el s. VIII con épocas de
más o menos actividad. Finalizando el siglo XV, el reino de Castilla había
tenido una guerra civil por su trono, de la cual había sido vencedora Isabel la
católica. Esta se casó con Fernando de Aragón y aunque los reinos seguían
separados. Con esta alianza, Castilla se lanza a la conquista del último reino
musulmán en la península ibérica; el Reino Nazarí de Granada llevaba varios
años sin pagar una cuota que había pactado con los reinos cristianos, parece
una decisión extraña, pero es más fácil de comprender si sabemos que el Reino
de Portugal al dar por terminada su “reconquista” se embarca en busca de nuevas
rutas comerciales alrededor de África, encuentra en el golfo de Guinea a
mercantes que llevan oro hacia la zona del Magreb, y eliminan intermediarios y
asfixian a los reinos del norte de África y lo que queda en la península Ibérica.
Castilla
conquista Granada y considera que la estrategia portuguesa es buena, ya que
está buscando lugares donde se producen las materias primas (como las especies)
y así favorecerse del mercado, suministrando productos de primera necesidad a
Europa. Por lo tanto, al llegar Colón con la idea de que la tierra es redonda y
que puede crear una nueva ruta hacia las islas y tierras de Asia, se piden
prestamos para que este pueda conseguir equipararse comercialmente a su vecino
portugués.
Colón
llega a América, sin tener idea de donde estaba (pensaba que era alguna isla
como Japón) y comienza a tomar tierras para Castilla. Hace cuatro expediciones
que no le llegan a convencer de donde está y hasta el día de su muerte sigue
creyendo en que ha creado una nueva ruta hacia el Índico.
Castilla
está llena de deudas, expulsa a los judíos porque habían sido sus mayores
prestamistas (todo engalanado con un tinte católico para que no se sospeche),
ha creado un ejercito real que le resta importancia a los nobles y se la da a
los monarcas y envía buscavidas de la baja nobleza al Nuevo Mundo para que se
conviertan en descubridores y conquistadores, con la misión importante de
conseguir oro, plata y riquezas a la corona.
En
América se comienzan a ver nuevas civilizaciones con culturas muy diferentes a
las europeas, sus creencias son a dioses que provienen de la naturaleza (la
luna, el cielo, el mar, el sol, la tierra, las estrellas,…). Hay ciudades
gigantescas y preciosas, pero los torpes conquistadores solo ven atraso,
blasfemia, razas inferiores, aunque también observan que tienen oro y plata y
eso sí que les interesa. Arrasan casi todos los pueblos, imponen su religión y
comienzan a extraer todos los recursos naturales de esas tierras, sobre todo la
plata. Minas como las de Potosí suponen un campo de prisioneros nativos que
mueren para hacer a su rey, a miles de kilómetros, más rico. Esta riqueza que
comienzan a obtener la monarquía hispánica, por medio de América, se emplea en
pagar las múltiples guerras en las que los Tercios se embarcan por toda Europa
(Contra turcos, franceses, príncipes alemanes, holandeses, Estados Pontificios,
ingleses…), las manufacturas castellanas se abandonan porque tenemos tanto
dinero que podemos comprarlas en Inglaterra y Provincias Unidas.
Con
esto se logró que Castilla y Aragón se quedaran medio deshabitados ante la
marcha de personas al Nuevo Mundo, los que han tenido que luchar en las diferentes
guerras, la expulsión de los moriscos y
la falta de prosperidad para toda la población. Pero además, lo que se consiguió
con esta política de comprar todo en el exterior, permitiendo que la población de
la península viviera en la miseria más absoluta, fue que los reinos y
principados europeos se enriquecieran a su costa y a la de los portugueses, así
que comenzaron a ser más poderosos que la triste monarquía española donde nunca
se ponía el sol, pero donde los que estaban bajo su yugo estaban esperando que
se pusiera todos los días para no continuar con su vida miserable.
América
se quedó devastada de la esclavitud a la que sometieron a sus civilizaciones,
fue un títere mundial y aun hoy en día lucha por salir de esa situación económica,
en la que no es más que una tierra donde se cultivan las materias primas que
necesita occidente.
Los
reinos hispánicos perdieron su fuerza, solo mantenían un basto territorio;
Inglaterra y Holanda salieron fortalecidas de la Guerra de los treinta años en
el s. XVII y sus parlamentos absorbieron más fuerza que en el resto de los
países europeos, comenzaron a colonizar tierras por todo el mundo y las
desplumaron como habían hecho antes los reinos de la península ibérica; todo el
viejo continente se daba la mano y se felicitaba por su humanismo y su
renacimiento, pero el régimen feudal que regía Europa no desapareció hasta
finales del s. XVIII, durante el s. XIX y algunos reinos en el XX. Las guerras
de religión continuaban y el pueblo seguía muriéndose de hambre mientras sus
gobernantes disfrutaban de la vida de la corte con sus intrigas palaciegas y
sus grandes festines, sin importarles lo que les pasaba a sus súbditos, el
absolutismo se imponía en todos los reinos. La guerra de sucesión a la corona hispánica
desangró un poco más sus reinos, las potencias europeas se repartieron las
posesiones europeas del reino; Valencia, Cataluña, Mallorca y Aragón perdieron
sus fueros y ya no pudieron decidir más por ellos mismos, Los reinos Hispánicos
se convirtieron en el Reino de España. Francia, Austria, Prusia, Inglaterra y
Holanda se convertían en las nuevas grandes potencias el mundo en el siglo
XVIII, sus barcos y ejércitos eran los dominadores del mundo, pero con el final
del siglo todo iba a cambiar para siempre…
No hay comentarios:
Publicar un comentario