En el
anterior escrito, me guie más por la oficialidad histórica, pero hay que tener
en cuenta que, mientras el imperio hispánico perdía toda su musculatura y
aparecían nuevas potencias en Europa, hubo muchos tipos de revueltas con los
que la masa campesina, mayoritariamente, se intentó desatar del yugo nobiliario
y eclesiástico al que se veía sometido. Cabe destacar revueltas como la de “Els
segadors” en Cataluña, que con el paso del tiempo y la limpieza romántica que
se hizo en el s. XIX quedó como una rebelión nacionalista de independencia,
pero su nombre lo dice todo y su queja estuvo encaminada al hambre que estaba
haciendo mella en los principados catalanes, ya que la guerra contra Francia,
englobada en la Guerra de los 30 años, había llevado el frente de batalla a los
Pirineos y los tercios se instalaron allí tomando todo lo que necesitaban, esto
creó gran indignación y se buscó responsables entre la nobleza, luego esta se
alió con Francia, para finalmente volver al bando hispánico. Antes Les
Germanies y los Comuneros, también se rebelaron contra Carlos V y manipularon y
empujaron a muchos campesinos para luchar por nobles, que para nada querían que
estos vivieran mejor. En religión, hubieron revueltas como la de los husitas en
Bohemia que buscaban volver a los inicios de pobreza del cristianismo, al igual
que muchos de los protestantes, pero al final cada una de estas nuevas
religiones faltaron a sus principios y continuaron estando muy cerca de los
centro de mando de cada reino. Una de las rebeliones que más me gusta de esta
época es la de los Maulets; en plena guerra de Sucesión al imperio hispánico;
en el Reino de Valencia los campesinos se alzaron contra sus señores ante el
desgobierno que había provocado la guerra. Fueron aplacados sin piedad tanto
por las tropas del Archiduque Carlos como por las de Felipe V. Pero enseguida
las revueltas y rebeliones serían sustituidas por revoluciones.
América
del norte había sido colonizada por Inglaterra y Francia, en una guerra a
mediados del siglo XVIII en la que vencieron los británicos, la presencia
francesa ya fue más testimonial que real. Las tierras por las que lucharon
gozaban desde la llegada del Mayflower, con puritanos ingleses, de gran
autonomía. Sus tierras no eran tan ricas como las que habían encontrado los
conquistadores ibéricos, sus nativos eran menos numerosos y no tenían sociedades
tan desarrolladas como los incas o aztecas y su subsuelo no tenía esos grandes
filones de plata y oro. Esto hizo que la esclavitud no se extendiera tanto, ya
que no había tanta población autóctona y que los que colonizaran esas tierras
se convirtieran en pequeños propietarios. Al Imperio Británico poco le
importaba lo que se hiciera allí, ya que no reportaba tantas riquezas a la
metrópoli como otros territorios (Jamaica, por ejemplo, fue colonizada de la
misma manera brutal que lo hacían los reinos hispánicos y daba más dinero a la
corona). Esta dejadez de los ingleses por lo que se hiciera en las 13 colonias
americanas llevó a que estás se asentaran en el terreno con una idea económica
muy parecida a la europea, pero sin una nobleza lastrando. Las colonias sureñas
necesitaron esclavos, comprados en África, para cultivar sus grandes
extensiones y en el norte se comenzó a crear una industria para satisfacer el
mercado interno de las 13 colonias, prácticamente ya eran independientes antes
de su guerra. La guerra de independencia, solo fue una reacción al aumento de
impuestos y la prohibición de la exportación en algunos productos. En ese
momento, se planteó la necesidad de pertenecer a un imperio que les había dado
de lado, con la ayuda de Francia y, en menor medida, España, comenzaron a
luchar por una independencia en la que la clase más favorecida fue la burguesa.
Se continuó con la esclavitud y se proclamaron unos derechos del ciudadano,
donde una de las bases de la sociedad fue la propiedad privada, habían muchas
tierras al oeste para los que vinieran de fuera y su modelo expansionista se
proyecta hasta nuestros tiempos.
Esta
independencia tuvo muchos efectos, el primero fue que Francia quedó casi en la
ruina ayudando a los nuevos Estados Unidos de América en su independencia. La
población francesa pasaba hambre y había un gran malestar por la vida de la
corte en Versalles. La, cada vez más amplia, burguesía tenía ansias de poder y
el malestar se vio en los Estados Generales que tuvo que convocar el Rey Luis
XVI, en este tipo de parlamento medieval se votaba por clases, un voto la
nobleza, otro el clero y, finalmente, otro voto el tercer estado (integrado por
la burguesía mayoritariamente). Lo primero que se intentó fue acabar con esta
forma de votación, pero al no dar su consentimiento el Rey, el tercer estado se
autoproclamó Asamblea Nacional y redactó “La declaración de los derechos del
hombre y del ciudadano”. Luis XVI hizo que muchas tropas fueran a París y el
pueblo, temeroso de que esta asamblea fuera apresada, salió a la calle y fue a
tomar la Bastilla, prisión que representaba el absolutismo monárquico. La población
francesa, pasó de ser súbditos a ser ciudadanos y lucharon porque sus vidas
mejoraran y en ciertos aspectos lo hizo. La abolición del feudalismo fue
fundamental, pero la burguesía tenía miedo de que se les fuera las manos la
población, así que dictaron leyes proteccionistas a la propiedad privada. El
liberalismo fue un paso amplio para que el estado empezara a tener en cuenta
los anhelos de la población; Libertad, Igualdad y Fraternidad sigue siendo el
símbolo de Francia, pero todavía no se ha puesto en marcha de una manera veraz.
Históricamente se dice que luego vino la época del terror, pero lo cierto es
que la nueva constitución quitó todo el poder al Rey para dárselo a la
burguesía y, finalmente, proclamar una república y guillotinar a la familia real
por sus abusos sobre la población; todos los reinos de Europa le declararon la
guerra a la nueva república desde el inicio de la revolución, por miedo a que a
ellos les pasara lo mismo y, mientras vivió, el rey estuvo conspirando con gran
parte de la nobleza para volver al trono y recuperar sus privilegios. Esto
hizo, que envueltos en una guerra y con conspiraciones por todos los lugares de
Francia, las autoridades tomaran medidas represivas para que la incipiente
república lograra continuar su corta existencia, pueden parecer exageradas las
medidas que se tomaron, pero fueron necesarias para que la clase dominante
francesa durante siglos dejara que el pueblo, poco a poco, lograra ostentar el
poder en mayor o menos medida.
Con la
caída de Robespierre, se eliminó el sufragio universal masculino, por uno más
censitario, el poder de los jacobinos menguó y lo ostentó un directorio que
protegió los poderes de la burguesía ante lo que llamaron radicalismo jacobino,
que no supuso otra cosa que el intento de dar algunos privilegios al pueblo en
vez de a la nueva clase dominante: La burguesía. Este directorio duró hasta la
llegada de un gran general llamado Napoleón, que dio un golpe de estado, se
proclamo emperador e intentó conquistar toda Europa. Con esto acabaron los diez
años de revolución liberal en Francia, si bien Napoleón acabó con muchas de las
esperanzas de los más desfavorecidos durante siglos, también es cierto que
gracias a sus guerras transmitió el ideario liberal por toda Europa y, que con
el tiempo, la mayoría de países pusieron en marcha sus postulados. En España se
observa en la Constitución de 1812, que serviría como modelo para las que se
hicieron en Sudamérica, a raíz de la independencia que sufrieron estos
territorios en el s. XIX. Este modelo para nada era democrático, solo suponía
un cambio de papeles en el poder, donde antes la monarquía, la nobleza y el
clero eran todopoderosos, ahora reparten el pastel con la burguesía. De hecho,
a partir de la caída de Napoleón se intenta volver a una monarquía en Francia, que las sucesivas
revoluciones en territorio galo hacen que caiga. En España, después de la
guerra de independencia, Fernando VII vuelve a la monarquía absoluta y no
veremos algo de liberalismo, salvo en el trienio liberal, hasta su muerte, en
la que su heredera es apoyada por liberales, frente al otro aspirante a la
corona, el hermano de Fernando VII: Carlos, que es absolutista y que comenzará
una lacra de guerras civiles que iban a asolar a España: las guerras carlistas.
En
Inglaterra no se observan tantos cambios, ya que en el s. XVII, hicieron su
propia revolución con Cromwell a la cabeza y que finalmente dio más fuerza al
Parlamento frente al rey, aunque también se llegó a proclamar una república.
Por tanto, la burguesía ya tenía más fuerza en el imperio británico, en el s.
XVIII hicieron una ley por la cual quien no pudiera vallarse sus tierras las
tendría que vender, con esto se consiguió que gran parte de las propiedades se
quedaran en manos de gente que poseía mucho dinero y que se podía pagar esa
valla, con lo que se incrementaron sus beneficios y los emplearon en crear las
primeras industrias, como habían muchos campesinos que se habían quedado sin
tierras, la mano de obra fue fácil de encontrar y barata. Así comenzó la
industrialización en Gran Bretaña.
Los
obreros, cada vez eran más en las ciudades, y vivían en condiciones
infrahumanas, trabajaban niños, mujeres y hombres en jornadas de 15 horas, sin
fiestas y por un sueldo ridículo. Lo derechos laborales eran inexistentes y los
servicios sociales eran obras de caridad de algunas iglesias y filántropos. Los
obreros comenzaron a unirse y se crearon los primeros sindicatos para acabar
con estas injusticias. A mediados del s. XIX Marx y Bakunin, en la 1ª
internacional, muestran sus ideas de como cambiar el mundo para que todos
podamos vivir con dignidad; aquí empieza su andadura el socialismo y
anarquismo, aunque estas ideas ya existían de una manera menos teórica. La
sociedad empieza tomar conciencia de clase y la solidaridad entre obreros es ya
un hecho.
De esta
manera, comienza un nuevo reto para la humanidad, la lucha de clases y la
emancipación de las masas comienzan a ser un objetivo claro al que hay que
llegar. En París, después de una guerra contra Prusia, 1871, se instaura un
gobierno obrero, conocido como la Comuna de París, pero que es derrocado en
seguida. En España después de la revolución de 1868 y de su fracaso como
monarquía parlamentaria, en 1873 se proclama la I República, que hace que en
muchos centros industriales con fuerte presencia anarquista, aunque también
socialista, se declaren Cantones independientes y se declare una guerra contra
ellos, que junto con la carlista y la de independencia cubana, harán que caiga
esta forma de gobierno y se reinstalen los borbones en el trono.
La
manera más fácil con la que debilitar este incipiente movimiento obrero, es con
el nacionalismo, por ello en esta época se evoca a él para que Alemania e
Italia se unifiquen, aunque lo realmente importante para las clases altas es
tener un país más grande, más fuerte, más poderoso y con mejor comercio. Este
nacionalismo se impulsa desde todos los gobiernos del mundo y sirve para que la
clase trabajadora no se sienta identificada como una clase internacional, si no
que la dividan en territorios y que a sus estratos más bajos se les lleve a la
guerra por la patria en África o cualquier sitio por colonizar, para conseguir
más riquezas para los de siempre. Así empezaría el siglo XX, con lo que se
llamó: La paz armada. Los gobiernos fomentado el amor por una bandera o una
cultura, mostrando como malo el resto, dividiendo la clase obrera y entrando en
guerras colonialistas por más dinero, más poder… Mientras la clase obrera
siguió luchando con huelgas y movilizaciones por sus derechos; pasando hambre,
con cajas de solidaridad, teniendo una vida miserable y sin miedo a nada, solo
podían mejorar, las ideologías obreras les daban el soporte interior que
necesitan.
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