jueves, 8 de noviembre de 2012

La gran marcha IV


El camino que iba andando la sociedad aumenta el ritmo, cada vez los obreros presionaban más a gobernantes y patronos. Las huelgas se convirtieron en medidas de presión, contra los empresarios y la desgastada casta dominante, por una vida digna, por un sueldo justo, por horas y días de descanso, por el derecho a la jubilación, la necesidad de las vacaciones, de la educación y sanidad pública y un largo etcétera. El proletariado comprendió cual era su poder, entendieron que sin un patrón una fábrica podía seguir produciendo, pero sin ellos era imposible.

Ante la fuerza de los sindicatos anarquistas y socialistas, los gobiernos y patrones fueron creando sindicatos católicos y de derechas. De esta manera abrían brecha entre los trabajadores, los dividían y les quitaban fuerza. Se iba inculcando un nacionalismo, con rasgos románticos, que hablaba del pasado heroico de la patria y creaba rivalidades entre los obreros de distintas regiones y naciones. De esta manera se llevaban a los jóvenes proletarios a guerras en África a defender los intereses comerciales de los grandes empresarios, mientras todo lo pintaban de engrandecer el país como en la época imperial (sea cual fuere el país). En Barcelona, en 1909, el pueblo se lanzó a la calle e hizo huelgas para que los jóvenes no fueran a la guerra de Marruecos, la respuesta fue rápida; mandaron al ejército y bombardearon la ciudad desde el castillo de Montjuic, se le llamo la Semana Trágica.

Mientras España intentaba sostener con mano de hierro lo poco que le quedaba de sus colonias (en 1898 pierde Cuba, Filipinas y Puerto Rico), convirtiendo movimientos autonómicos en independentistas, consigue que le den unos cuantos territorios en África (Sahara, Rif y Guinea Ecuatorial). En Europa empiezan a haber tensiones por la irrupción de Alemania e Italia en el marco colonial mundial; hasta ese momento, EEUU intentó hacerse con todos los territorios que pudo en América y en el Pacífico con la rivalidad de Japón. Rusia seguía mirando hacia el Este. Francia e Inglaterra se repartieron la mayoría de África y Asia, permitiendo que Bélgica, Portugal y España tuvieran algún territorio. Lo que no esperaban era la irrupción de un país tan potente como Alemania y, en menor medida, Italia. Esto llevó a muchas fricciones entre las naciones europeas que finalmente llevó a la I Guerra Mundial.


Quiero detenerme este momento para haceros llegar una reflexión que hace mucho tiempo que tengo en la cabeza a raíz de estas colonizaciones, así que os hago esta pregunta: ¿Cuánto vale un ser humano? O ¿Son igual de valoradas las personas según donde nazcan o cual sea su raza? Pues la historia, como la mayoría de elementos de difusión está manipulada, ya que nunca oiremos hablar de los millones de personas que fueron asesinadas sistemáticamente en África por los países europeos, pero sobretodo, por Gran Bretaña, Francia, Bélgica y Holanda; llegaron a lugares donde nadie les esperaba, donde vivían tribus de la misma manera desde época inmemorables, donde cuidaban a la naturaleza porque era su motor de vida y en nombre de la civilización los destruyeron, los masacraron, los esclavizaron y les robaron sus recursos. Esto lo habíamos visto antes en América, aunque con la industrialización y la militarización de gran parte de las primeras potencias mundiales, la crueldad y la soberbia se hicieron dueñas de unos territorios que sufrieron holocaustos similares, si no mayores, a los que sufrieron los judíos en la II Guerra Mundial por parte de los Nazis. En el oeste de los Estados Unidos ocurrió tanto de lo mismo, en la China dominada por los japoneses también y en una larga lista de vergüenza para la humanidad que se nos oculta para que “solo” veamos la barbarie en unos cuantos países, cuando esta manera de eliminar gente se dio en muchas de las naciones que ahora dan lecciones de humanidad y que no han pedido todavía perdón por las atrocidades que cometieron.




Leeremos en cantidad de documentos y libros que la I Guerra Mundial comenzó con la muerte del heredero a la corona imperial del Imperio Austro-húngaro, pero lo cierto es que solo fue una escusa para comenzar un conflicto que todas las partes deseaban con desesperación. Todas las naciones beligerantes tenían intereses territoriales, económicos y propagandísticos. Para Francia y el Reino Unido fue una necesidad empresarial, ya que la industria alemana era mucho más eficaz y les estaba quitando mercado, además los franceses querían recuperar Alsacia y Lorena, territorios perdidos ante Prusia en la guerra de 1870. Alemania se veía asfixiada y el Imperio Austrohúngaro estaba en declive, al igual que el turco. Rusia quería tener más presencia en Europa y tenía una alianza con franceses e ingleses. Italia empezó en el bando germánico y acabó en el vencedor. Y EEUU entró después ya que no le interesaban demasiado los asuntos europeos, pero se dio cuenta de que podía sacar tajada de ellos. Por mucho que nos digan constantemente que la Triple Entente eran los buenos y que la Triple Alianza los malos eso, además de simplista, es mentira. Podemos reconocer que en Francia y Reino Unido tenían cotas de libertad más amplias que las de Alemania o el Imperio Austrohúngaro, lo que sí que es verdad es que el Zar, Nicolás II, además de ser un incompetente, era la cabeza visible de un gobierno medieval, en el que el seguía actuando como padre de los rusos y su figura era casi divina. Lo cierto es que en Alemania se comienzan a ver ideas raciales que con el tiempo se canalizarían en el nazismo. Pero lo que es absolutamente irrefutable, es que fue una guerra burguesa que solo perseguía el beneficio de una élite económica, perjudicando el interés de la mayoría de la sociedad. A los obreros se les engañó con el nacionalismo, con la idea de que iban a defender su país de otro, que no querían que fueran como son, que iba a matar a sus hijos, a violar a sus mujeres y a ellos los iban a esclavizar, da lo mismo el país, da lo mismo la escusas que pusieran, lo real es que en las trincheras de los campos de batalla de toda Europa solo hubieron proletarios y campesinos, ya tuvieran el pasaporte del país que fuera. Mientras, los grandes gobernantes, burgueses y nobles, dirigían las operaciones desde retaguardia sin importarles un carajo que les pasara a esos hombres que, con toda seguridad, enviaban a morir.



La revolución rusa de 1917 se engloba en esta guerra; el hambre hacía mella en todo el país, los obreros eran enviados a las trincheras de la guerra sin tener idea de coger un fusil y sus mandos obsoletos, nobles con ganas de gloria, les obligaban a emprender misiones suicidas ante un ejercito más poderoso que el suyo. En las ciudades se trabajaba prácticamente gratis, apenas tenían comida para sobrevivir y en el duro invierno estepario las casas no tenían combustible para calentarse. Las manifestaciones se reprimían duramente y la autoridad del Zar estaba en entredicho. El pueblo ruso, finalmente, se levantó contra el sistema en febrero de 1917 y lo derrocaron. Se intentó implantar un sistema parlamentario burgués, al estilo de sus aliados. Pero el pueblo, cada vez más consciente de que este sistema era más de lo mismo, comenzó a organizarse en soviets; eran asambleas populares de obreros, campesinos y soldados que comenzaban a elegir a sus líderes. Trotsky era el soviet de Petrogrado y comenzó a crear un ejército Rojo con el cual defender los intereses de los obreros. Lenin, el líder e ideólogo de los bolcheviques, en abril lanza sus tesis que se resumen en; la tierra para el que la trabaja, el fin de la guerra y todo el poder para los soviets. En octubre de 1917 se hace una asamblea general de los soviets en Petrogrado y después de que el gobierno provisional burgués incumpla muchas de sus promesas, el pueblo ruso, con a los soldados y marineros venidos del frente, toman el Palacio de Invierno en la capital rusa y esto se extiende a todas las grandes ciudades, como Moscú. Los bolcheviques, con su guardia roja, se hacen con el control del país, aunque habían sido ayudados por anarquistas y mencheviques. Los obreros se hacen con el país y sus decisiones, con Lenin a la cabeza, están encaminadas a mejorar la vida de los que siempre perdieron; salen de la guerra, nacionalizan tierras y fábricas, los soviets son el órgano de decisión y todas las medidas tomadas son para mejorar la vida de la gente. Quienes salieron perdiendo con este cambio, toda esa nobleza y burguesía rancia, junto a la iglesia ortodoxa rusa, se introducen en el interior de Rusia y comienzan una guerra civil con el propósito de recuperar sus bienes y privilegios, se hicieron llamar rusos blancos y recibieron ayuda de EEUU, Gran Bretaña y Francia, ya que temían que en sus países pasara lo mismo y el proletariado se hiciera con el poder. Esta guerra civil rusa tuvo muchas contrapartidas, como luego veremos.



Toda la oligarquía económica mundial había organizado esta guerra y era la gente de a pie la que lo sufría. La guerra acabó porque finalmente la clase obrera comenzó a hacer huelgas, a desertar de los campos de batalla, a movilizarse en retaguardia, las familias de los caídos salían a la calle para que no sufrieran los demás tanto como lo estaban haciendo ellos con la perdida de sus seres queridos. La guerra estaba estancada y la presión del pueblo fue la que acabó con la I Guerra Mundial, en Alemania el poder de los trabajadores fue en aumento y lucharon por acabar con aquella barbarie, por esto fue por lo que dieron la guerra por perdida y años después Hitler echaría a comunistas, socialistas y anarquistas las culpas de haber perdido aquella guerra. El pueblo, envalentonado por la victoria de los bolcheviques en Rusia, luchó por cambiar la sociedad alemana, con Rosa Luxemburgo y los espartaquistas a la cabeza, estuvieron a punto de instaurar un régimen socialista, pero la traición de algunos compañeros y el ejército acabaron con ellos. Alemania fue juzgada como única responsable de la I Guerra Mundial y todo el país fue humillado por las potencias de la Entente, que no asumieron su culpa, y sembraron el germen del nazismo en el país germano. Italia consideró que su victoria fue mutilada e intentó atajar los problemas con los obreros colocando a un fascista como Mussolini en el poder, el rey de este país no lo quitaría de ahí hasta que ya estaban invadidos por los americanos en la II Guerra Mundial. EEUU, Francia y Gran Bretaña estaba contentísimas de haberse conocido y creyeron que habían acabado con todos sus problemas y se erigieron en dueñas del mundo.

Se vivió una época muy convulsa en todo el mundo; en España, que se había beneficiado de la guerra al no haber entrado, tenía que volver a competir con las principales potencias mundiales y su economía se veía perjudicada, los obreros españoles también tuvieron inspiración en la revolución rusa y salieron a la calle a pedir más democracia, hicieron más huelgas pidiendo más derechos y, finalmente, cuando los escándalos asolaban a la monarquía, el rey Alfonso XIII permitió que hicieran un golpe de estado militar, con una idea conservadora de lo que tenía que ser la sociedad e ilegalizando a toda oposición de izquierdas (partidos, sindicatos y asociaciones).

La Sociedad de Naciones se creo con la idea de solucionar los conflictos por medio de la diplomacia, pero cada día eran más las tensiones que se tenían entre los países. Italia quería más territorios, Alemania fue desmilitarizada prácticamente, Austria y Hungría se separaron y perdieron gran parte de su territorio, Francia se regodeaba de su victoria humillando a Alemania, el Reino Unido volvió a ser la gran potencia colonial y EEUU continuó con la vista puesta en su continente, como antes de la guerra, e hizo y deshizo cuanto quiso en el América. Pero nació una ilusión, se creó un sueño para los obreros, un lugar donde todo se hacía por el proletariado y donde las esperanzas de la humanidad pusieron sus ojos.

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