El
camino que iba andando la sociedad aumenta el ritmo, cada vez los obreros
presionaban más a gobernantes y patronos. Las huelgas se convirtieron en
medidas de presión, contra los empresarios y la desgastada casta dominante, por
una vida digna, por un sueldo justo, por horas y días de descanso, por el
derecho a la jubilación, la necesidad de las vacaciones, de la educación y
sanidad pública y un largo etcétera. El proletariado comprendió cual era su
poder, entendieron que sin un patrón una fábrica podía seguir produciendo, pero
sin ellos era imposible.
Ante la
fuerza de los sindicatos anarquistas y socialistas, los gobiernos y patrones
fueron creando sindicatos católicos y de derechas. De esta manera abrían brecha
entre los trabajadores, los dividían y les quitaban fuerza. Se iba inculcando
un nacionalismo, con rasgos románticos, que hablaba del pasado heroico de la
patria y creaba rivalidades entre los obreros de distintas regiones y naciones.
De esta manera se llevaban a los jóvenes proletarios a guerras en África a
defender los intereses comerciales de los grandes empresarios, mientras todo lo
pintaban de engrandecer el país como en la época imperial (sea cual fuere el
país). En Barcelona, en 1909, el pueblo se lanzó a la calle e hizo huelgas para
que los jóvenes no fueran a la guerra de Marruecos, la respuesta fue rápida;
mandaron al ejército y bombardearon la ciudad desde el castillo de Montjuic, se
le llamo la Semana Trágica.
Mientras
España intentaba sostener con mano de hierro lo poco que le quedaba de sus
colonias (en 1898 pierde Cuba, Filipinas y Puerto Rico), convirtiendo
movimientos autonómicos en independentistas, consigue que le den unos cuantos
territorios en África (Sahara, Rif y Guinea Ecuatorial). En Europa empiezan a
haber tensiones por la irrupción de Alemania e Italia en el marco colonial
mundial; hasta ese momento, EEUU intentó hacerse con todos los territorios que pudo
en América y en el Pacífico con la rivalidad de Japón. Rusia seguía mirando
hacia el Este. Francia e Inglaterra se repartieron la mayoría de África y Asia,
permitiendo que Bélgica, Portugal y España tuvieran algún territorio. Lo que no
esperaban era la irrupción de un país tan potente como Alemania y, en menor
medida, Italia. Esto llevó a muchas fricciones entre las naciones europeas que
finalmente llevó a la I Guerra Mundial.
Quiero
detenerme este momento para haceros llegar una reflexión que hace mucho tiempo
que tengo en la cabeza a raíz de estas colonizaciones, así que os hago esta
pregunta: ¿Cuánto vale un ser humano? O ¿Son igual de valoradas las personas
según donde nazcan o cual sea su raza? Pues la historia, como la mayoría de
elementos de difusión está manipulada, ya que nunca oiremos hablar de los
millones de personas que fueron asesinadas sistemáticamente en África por los
países europeos, pero sobretodo, por Gran Bretaña, Francia, Bélgica y Holanda;
llegaron a lugares donde nadie les esperaba, donde vivían tribus de la misma
manera desde época inmemorables, donde cuidaban a la naturaleza porque era su
motor de vida y en nombre de la civilización los destruyeron, los masacraron,
los esclavizaron y les robaron sus recursos. Esto lo habíamos visto antes en
América, aunque con la industrialización y la militarización de gran parte de
las primeras potencias mundiales, la crueldad y la soberbia se hicieron dueñas
de unos territorios que sufrieron holocaustos similares, si no mayores, a los
que sufrieron los judíos en la II Guerra Mundial por parte de los Nazis. En el
oeste de los Estados Unidos ocurrió tanto de lo mismo, en la China dominada por
los japoneses también y en una larga lista de vergüenza para la humanidad que
se nos oculta para que “solo” veamos la barbarie en unos cuantos países, cuando
esta manera de eliminar gente se dio en muchas de las naciones que ahora dan
lecciones de humanidad y que no han pedido todavía perdón por las atrocidades
que cometieron.
Leeremos
en cantidad de documentos y libros que la I Guerra Mundial comenzó con la
muerte del heredero a la corona imperial del Imperio Austro-húngaro, pero lo
cierto es que solo fue una escusa para comenzar un conflicto que todas las
partes deseaban con desesperación. Todas las naciones beligerantes tenían
intereses territoriales, económicos y propagandísticos. Para Francia y el Reino
Unido fue una necesidad empresarial, ya que la industria alemana era mucho más
eficaz y les estaba quitando mercado, además los franceses querían recuperar
Alsacia y Lorena, territorios perdidos ante Prusia en la guerra de 1870. Alemania
se veía asfixiada y el Imperio Austrohúngaro estaba en declive, al igual que el
turco. Rusia quería tener más presencia en Europa y tenía una alianza con
franceses e ingleses. Italia empezó en el bando germánico y acabó en el
vencedor. Y EEUU entró después ya que no le interesaban demasiado los asuntos
europeos, pero se dio cuenta de que podía sacar tajada de ellos. Por mucho que
nos digan constantemente que la Triple Entente eran los buenos y que la Triple
Alianza los malos eso, además de simplista, es mentira. Podemos reconocer que
en Francia y Reino Unido tenían cotas de libertad más amplias que las de
Alemania o el Imperio Austrohúngaro, lo que sí que es verdad es que el Zar,
Nicolás II, además de ser un incompetente, era la cabeza visible de un gobierno
medieval, en el que el seguía actuando como padre de los rusos y su figura era
casi divina. Lo cierto es que en Alemania se comienzan a ver ideas raciales que
con el tiempo se canalizarían en el nazismo. Pero lo que es absolutamente
irrefutable, es que fue una guerra burguesa que solo perseguía el beneficio de
una élite económica, perjudicando el interés de la mayoría de la sociedad. A
los obreros se les engañó con el nacionalismo, con la idea de que iban a
defender su país de otro, que no querían que fueran como son, que iba a matar a
sus hijos, a violar a sus mujeres y a ellos los iban a esclavizar, da lo mismo
el país, da lo mismo la escusas que pusieran, lo real es que en las trincheras
de los campos de batalla de toda Europa solo hubieron proletarios y campesinos,
ya tuvieran el pasaporte del país que fuera. Mientras, los grandes gobernantes,
burgueses y nobles, dirigían las operaciones desde retaguardia sin importarles
un carajo que les pasara a esos hombres que, con toda seguridad, enviaban a
morir.
La
revolución rusa de 1917 se engloba en esta guerra; el hambre hacía mella en todo
el país, los obreros eran enviados a las trincheras de la guerra sin tener idea
de coger un fusil y sus mandos obsoletos, nobles con ganas de gloria, les obligaban
a emprender misiones suicidas ante un ejercito más poderoso que el suyo. En las
ciudades se trabajaba prácticamente gratis, apenas tenían comida para
sobrevivir y en el duro invierno estepario las casas no tenían combustible para
calentarse. Las manifestaciones se reprimían duramente y la autoridad del Zar
estaba en entredicho. El pueblo ruso, finalmente, se levantó contra el sistema
en febrero de 1917 y lo derrocaron. Se intentó implantar un sistema
parlamentario burgués, al estilo de sus aliados. Pero el pueblo, cada vez más
consciente de que este sistema era más de lo mismo, comenzó a organizarse en
soviets; eran asambleas populares de obreros, campesinos y soldados que
comenzaban a elegir a sus líderes. Trotsky era el soviet de Petrogrado y
comenzó a crear un ejército Rojo con el cual defender los intereses de los
obreros. Lenin, el líder e ideólogo de los bolcheviques, en abril lanza sus
tesis que se resumen en; la tierra para el que la trabaja, el fin de la guerra
y todo el poder para los soviets. En octubre de 1917 se hace una asamblea general
de los soviets en Petrogrado y después de que el gobierno provisional burgués
incumpla muchas de sus promesas, el pueblo ruso, con a los soldados y marineros
venidos del frente, toman el Palacio de Invierno en la capital rusa y esto se
extiende a todas las grandes ciudades, como Moscú. Los bolcheviques, con su
guardia roja, se hacen con el control del país, aunque habían sido ayudados por
anarquistas y mencheviques. Los obreros se hacen con el país y sus decisiones, con
Lenin a la cabeza, están encaminadas a mejorar la vida de los que siempre
perdieron; salen de la guerra, nacionalizan tierras y fábricas, los soviets son
el órgano de decisión y todas las medidas tomadas son para mejorar la vida de
la gente. Quienes salieron perdiendo con este cambio, toda esa nobleza y
burguesía rancia, junto a la iglesia ortodoxa rusa, se introducen en el
interior de Rusia y comienzan una guerra civil con el propósito de recuperar
sus bienes y privilegios, se hicieron llamar rusos blancos y recibieron ayuda de
EEUU, Gran Bretaña y Francia, ya que temían que en sus países pasara lo mismo y
el proletariado se hiciera con el poder. Esta guerra civil rusa tuvo muchas
contrapartidas, como luego veremos.
Toda la
oligarquía económica mundial había organizado esta guerra y era la gente de a
pie la que lo sufría. La guerra acabó porque finalmente la clase obrera comenzó
a hacer huelgas, a desertar de los campos de batalla, a movilizarse en retaguardia,
las familias de los caídos salían a la calle para que no sufrieran los demás
tanto como lo estaban haciendo ellos con la perdida de sus seres queridos. La
guerra estaba estancada y la presión del pueblo fue la que acabó con la I
Guerra Mundial, en Alemania el poder de los trabajadores fue en aumento y
lucharon por acabar con aquella barbarie, por esto fue por lo que dieron la
guerra por perdida y años después Hitler echaría a comunistas, socialistas y
anarquistas las culpas de haber perdido aquella guerra. El pueblo,
envalentonado por la victoria de los bolcheviques en Rusia, luchó por cambiar
la sociedad alemana, con Rosa Luxemburgo y los espartaquistas a la cabeza,
estuvieron a punto de instaurar un régimen socialista, pero la traición de
algunos compañeros y el ejército acabaron con ellos. Alemania fue juzgada como
única responsable de la I Guerra Mundial y todo el país fue humillado por las
potencias de la Entente, que no asumieron su culpa, y sembraron el germen del
nazismo en el país germano. Italia consideró que su victoria fue mutilada e
intentó atajar los problemas con los obreros colocando a un fascista como Mussolini
en el poder, el rey de este país no lo quitaría de ahí hasta que ya estaban
invadidos por los americanos en la II Guerra Mundial. EEUU, Francia y Gran
Bretaña estaba contentísimas de haberse conocido y creyeron que habían acabado
con todos sus problemas y se erigieron en dueñas del mundo.
Se
vivió una época muy convulsa en todo el mundo; en España, que se había
beneficiado de la guerra al no haber entrado, tenía que volver a competir con
las principales potencias mundiales y su economía se veía perjudicada, los
obreros españoles también tuvieron inspiración en la revolución rusa y salieron
a la calle a pedir más democracia, hicieron más huelgas pidiendo más derechos y,
finalmente, cuando los escándalos asolaban a la monarquía, el rey Alfonso XIII
permitió que hicieran un golpe de estado militar, con una idea conservadora de
lo que tenía que ser la sociedad e ilegalizando a toda oposición de izquierdas
(partidos, sindicatos y asociaciones).
La
Sociedad de Naciones se creo con la idea de solucionar los conflictos por medio
de la diplomacia, pero cada día eran más las tensiones que se tenían entre los países.
Italia quería más territorios, Alemania fue desmilitarizada prácticamente,
Austria y Hungría se separaron y perdieron gran parte de su territorio, Francia
se regodeaba de su victoria humillando a Alemania, el Reino Unido volvió a ser
la gran potencia colonial y EEUU continuó con la vista puesta en su continente,
como antes de la guerra, e hizo y deshizo cuanto quiso en el América. Pero nació
una ilusión, se creó un sueño para los obreros, un lugar donde todo se hacía
por el proletariado y donde las esperanzas de la humanidad pusieron sus ojos.
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