viernes, 18 de diciembre de 2015

Por un nuevo país

Los últimos meses han sido un huracán en mi vida, la fuerza centrípeta me iba expulsando de la tranquilidad de su ojo y yo, con fuerza sobrehumana, luchando contra viento, tierra, escombros, basura, me intentaba no descolgar, buscar ese lugar central en el que el sosiego dura un segundo y en el que la belleza que tienes alrededor te absorbe.



La frenética campaña nos llevó a unos resultados electorales agridulces, con un repliegue del bipartidismo, un auge de nuevos partidos y una resistencia insuficiente de IU. Las ilusionantes listas de unidad popular consiguieron que la sociedad se esperanzara, consiguiendo aunar el descontento social y la ilusión por mejorar este país, este mundo.



Yo, humildemente, comencé mi andadura como concejal el 13 de junio, el día que fui tío de una preciosa niña, que me motiva en mi labor como representante público, ya que yo sí que quiero dejarle un mundo mucho mejor a Vera, un lugar mejor donde todo el mundo pueda vivir dignamente, con la posibilidad de desarrollarse como persona, con ilusiones, con las necesidades básicas cubiertas, con esperanza y, sobre todo, con alegría.



Llevamos  más de 5 meses de legislatura, en los que hemos intentado empujar las decisiones que se toman en el ayuntamiento hacia la izquierda y así, se vayan acercando a ese programa que elaboramos, de forma colectiva, desde Esquerra Unida y que quiere acabar con los muchos problemas que asolan a Elda y a sus ciudadanos y ciudadanas.

En estas 26 semanas, hemos podido hablar con multitud de personas que tienen problemas para conservar su vivienda o acceder a una. Muchos y muchas eldenses, en paro o con trabajos precarios, se han acercado a contarnos sus problemas para pagar la luz o el agua llevándolos a una situación de angustia.

En estos 188 días hemos tenido abiertas las puertas de nuestro despacho para todas aquellas asociaciones que han precisado de nuestra ayuda, para todos aquellos que se han interesado por el medio ambiente, por el patrimonio,  el urbanismo, la solidaridad con otros pueblos, los problemas sociales y laborales de nuestra ciudad.



Pero, lo que no debemos olvidar, es que todas estas luchas y reivindicaciones no sólo las estamos llevando a cabo desde hace menos de medio año, sino que la herencia de trabajo y pelea por la clase trabajadora nos viene de lejos, desde que arriesgábamos el pellejo, la vida, el futuro ¡Todo! hasta hoy.



Como  dice el vídeo electoral que hemos realizado desde IU-UP, me es fácil cerrar los ojos y recordar muchas cosas… Recordar los encierros en la universidad, las manifestaciones, las asambleas contra el Plan Bolonia. Recuerdo aquel día, aquel 15M de 2011, en el que yo por la mañana estuve en un mitin de Esquerra Unida donde se nos arengó a ir a esa manifestación por la tarde, en la que fuimos muy pocos. Parece que fue ayer, cuando nos pusimos delante de los antidisturbios y así defender a los chavales del Lluis Vives, como tuvimos que correr hasta la facultad de Historia y Geografía y allí decidimos no parar de manifestarnos hasta que dimitiera la delegada del gobierno, así varios días, en lo que se llamó la Primavera Valenciana. Como olvidar las huelgas generales, a la de la reforma laboral del PSOE sólo fui yo de mi trabajo, pensé que me despedían, a las otras dos se sumaron un par de compañeros más y las calles se llenaron de gente, de gritos por un trabajo digno, estable o, simplemente, por un trabajo. Siento el orgullo todavía de ver a mi hermano y a esos locos trabajadores de los centros de dependientes recorriéndose varias veces el País Valenciano reivindicando un trato respetuoso y digno para los discapacitados, que aun así, siguen siendo los más olvidados de la sociedad. 



En estos años leímos, discutimos, nos reunimos, caminamos, nos encerramos, nos manifestamos, protestamos, nos concentramos, intentamos hacer pedagogía, que la sociedad comprendiera que queríamos salir de la crisis por la izquierda, con todos y todas y yo me vi vencedor, creí que ganaríamos… Nunca olvidaré cuando entré, con los ojos llenos de lágrimas y muchos kilómetros en las piernas, en la Plaza Roja de Vallekas, cómo nos aplaudía todo el mundo, nos abrazaban, yo miraba a Soraya que lloraba y nos abrazamos y los besos eran salados y reíamos y creíamos que todo iba a cambiar, por la tarde no había un hueco en Madrid y creí que esta vez venceríamos; luego llegaron los antidisturbios, usando la violencia de manera gratuita, como ya habíamos visto en la iniciativa “Rodea el Congreso” o en muchos desahucios que intentamos parar, el poder mostraba sus uñas.



Y también veía cómo el proceso de refundación de IU era muy lento, cómo mucha gente que luchaba a mi lado no se llegaba a enganchar a nuestro proyecto, cómo habían grupos de izquierda que no lográbamos acercar, cómo faltaba por desarrollar la democracia interna. Pero seguíamos trabajando para mejorar, intentando que la ciudadanía se empoderara… Hace un año medio todos estos movimientos y luchas se pararon, parecía que la única solución era electoral y la gente comenzó a creer que la televisión era más importante que la calle, que las redes de solidaridad popular valían menos que un minuto de “Prime time”. Pero  yo creo en los programas, en las medidas concretas, no me importa cómo se tenga que llamar el partido en el que milito mientras que luche por cambiar este mundo, este país, mi ciudad, con medidas para que todos vivamos con dignidad y la capacidad de desarrollarnos como personas, negociando sí y sumando, pero con unos principios de izquierda, unos principios internacionalistas, democráticos y, por tanto, republicanos, luchando y creando poder popular, con un población que decide y, de esta manera, se informa, reflexiona, debate y llega a conclusiones de favorecer a la mayoría y no a esa mínima parte de la población mundial que tiene casi todas las riquezas del planeta, que se ha enriquecido más con la crisis y que tiene casi todos los medios a su alcance para perpetuar este sistema criminal llamado capitalismo, que está destruyendo La Tierra y a los y las que vivimos en ella, personas, animales y plantas.



De un tiempo a esta parte, he visto cómo salvar a tus amiguetes de las autopistas con el dinero de todos y todas puede llevar a desgracias en carreteras secundarias. He sufrido que una sanidad colapsada cometa errores dificilísimos de superar por seres queridos. He visto como las universidades se vacían, de gente que no puede pagar, de contenidos, de crítica. Por esto considero que nos merecemos vivir en una sociedad más amable y para ello, volcar nuestras ilusiones en proyectos que nos hablen claro, sin tapujos, sin engaños, con ilusión. Tenemos que comprender que muchas de las situaciones lamentables que vemos en nuestro día a día, ocurren por las malas políticas que se vienen practicando desde hace decadas y por la corrupción endémica de este sistema, que nos deja a las capas trabajadoras en una situación de vulnerabilidad e indefensión.





Por todo esto os pido que olvidéis el yo, la televisión y los libros de autoayuda que llenan las estanterías de las librerías, es el momento de las soluciones comunes, de crear hegemonía y yo creo, con toda sinceridad, que la única candidatura que puede responder a todas esas expectativas es Unidad Popular-Izquierda Unida. Os pido que confiéis en nuestra candidatura, ya que hemos realizado propuestas realistas que buscan el beneficio de la clase trabajadora, creyendo en la solidaridad internacional, gritando: "No a la guerra, OTAN no", interesada por la mayoría social, para salir de la crisis sin dejar a nadie atrás y así, entre todos y todas, construir un nuevo país.


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