La
cultura es el conjunto de conocimientos de un grupo social que
permite desarrollar un juicio crítico. Esta, se desarrolla por
medios artísticos y supone la expresión e influencia de una
sociedad o una época a la hora de crear. Por tanto, las
administraciones públicas, ante una definición tan amplia, tienen
la labor de fomentarla en todas sus expresiones.
Hace
un par de semanas, me encontré un teatro Castelar casi lleno para
ver un espectáculo de danza contemporánea interpretado por jóvenes
de la ciudad. A su vez, me comunicaban que una gran obra de teatro,
que había triunfado en los últimos premios Max, se iba a suspender
ante las pocas entradas vendidas. Estos hechos van enlazados y nos
llevan a comprender una evidencia; que la política cultural que se
está realizando no es eficiente y muestra que se está comenzando la
casa por el tejado.
Como
en muchos otros aspectos de la vida pública, para que la gente se
implique, debemos favorecer la participación, que se trabaje desde
abajo hacia arriba. Tenemos una ciudad con multitud de asociaciones o
personas interesadas en la cultura, debemos darles los instrumentos
necesarios para que se multipliquen, para que puedan mostrar lo que
hacen, para que puedan ensayar, practicar, aprender o compartir. Hay
que conseguir recuperar espacios para la ciudadanía; nuestro
municipio tiene inmuebles, con alto valor añadido, inutilizados o
medio ruinosos que pueden desempeñar una gran labor como centros
culturales, albergando lugares de ensayo para músicos o teatro,
aulas de pintura, escultura o cine, salas de exposición, etc. Aprovechando la gran creatividad de nuestros vecinos y vecinas, y
revitalizando zonas históricas de la ciudad de manera colaborativa y
cooperativa.
Por
tanto, tenemos que buscar hacer de Elda una ciudad escenario,
utilizando todos los lugares que nos ofrece, no sólo el teatro
Castelar con una gran programación, también parques y jardines,
donde podrían tocar grupos de música o los y las alumnas del
conservatorio, y recuperar espacios para la realización de toda
acción que fomente el asociacionismo cultural, tan necesario para
una sociedad plural y crítica.