Hace unos días
estuvimos en la pedanía de El Fondó recordando aquellos día grises
en los que partió al exilio el gobierno legítimo de la IIª
República y responsables del PCE como Pasionaria, Modesto, María
Teresa León o Alberti.
En ese simbólico
paraje, recordé unos versos de otro exiliado, esta vez argentino,
Juan Gelman, que su poema 'Confianzas' finalizaba así:
[...]
«con
este poema no tomarás el poder» dice
«con
estos versos no harás la Revolución» dice
«ni
con miles de versos harás la Revolución» dice
se
sienta a la mesa y escribe
Estas palabras muestran
la persistencia que han tenido todas las personas que, antes que
nosotras, han luchado para mejorar las condiciones de vida de la
clase trabajadora, a pesar de la persecución, la represión o
asesinato. Lo que no sabían los privilegiados de este sistema es que
los ideales de libertad, igualdad y justicia social no se pueden ni
matar ni encarcelar.
El viernes comenzamos la
campaña electoral en la que tengo la responsabilidad de ser el
candidato de EUPV al Congreso, en la lista de Unidas Podemos
Izquierda Unida. En ella, soy el primero que vengo del municipalismo,
de ocupar un puesto de representatividad en un Ayuntamiento, cuestión
que considero muy importante por el hecho de construir de abajo hacia
arriba, desde los movimientos sociales hasta las administraciones más
importante, desde la acción local, para lograr una reacción global.
A lo largo de estos
cuatro años como concejal he intentado que el lugar que ocupo sirva
como altavoz para que la ciudadanía se movilice y organice contra
esa minoría que se aprovecha de lo de todas, para mantener sus
privilegios. Porque no nos engañemos, en el próximo ciclo electoral
lo que nos jugamos es acabar con la hegemonía dominante, que nos
bombardea a base de mensajes que permiten el statu quo
actual, manteniendo que el 1% más rico de la población tenga tanto
como el 70% más pobre.
Como
nos ocurre a muchos, mi implicación política comenzó al analizar
la realidad que me rodea; Elda ha sido una ciudad que en las últimas
décadas se ha ido marchitando, los efectos del Tratado de Maastricht (que ya predijo Julio Anguita) enseguida se pudieron palpar en
nuestro municipio y la deslocalización de la industria comenzó a
crear bolsas de paro y trabajo precario y clandestino, lo que ha
impedido a muchos eldenses desarrollar una vida más o menos estable
y se han tenido que ir.
Esto
no es un particularidad de Elda, como os podéis imaginar, sino que
se puede observar en las comarcas del interior de Alicante y en
muchas zonas industriales de todo el estado. Los efectos del
neoliberalismo, que lleva aparejado un urbanismo depredador, un
recorte constante de los servicios públicos, una corrupción
sistémica y a obviar los efectos del cambio climático (el sureste
peninsular es una de zonas del planeta con mas peligro de
desertificación), crea un caldo de cultivo perfecto en contra de la
ciudadanía e invita a implicarse políticamente para así conseguir
revertir la situación y asegurar un proyecto de vida digno y viable
a todos los seres vivos que habitamos este planeta.
Por
tanto, el reto es complicado, pero es una realidad que cuanto más se
adelgaza el Estado, más desprotegida queda la mayoría, viéndose
beneficiada esa oligarquía que lo maneja todo. Por ello, estos días
me estoy recorriendo muchos municipios del sur del País Valenciano
explicando la importancia de un cambio de modelo productivo para
nuestro país, que genere una industria verde y de alto valor
añadido. Del mismo modo que considero vital que se reviertan los
recortes en sanidad, educación y cuidados, para asegurar unos
servicios públicos y de calidad. Con estas medidas, más la
derogación de las dos últimas reformas laborales, estaremos más
cerca de aspirar a empleo de calidad, logrando la emancipación
personal y acabando con el ejercito de parados y precarios, que sólo
consigue que bajen las cotizaciones a la seguridad social y sirva de
excusa para recortar la pensiones que se han ganado nuestros mayores.
Soy
consciente de las dificultades que nos encontramos cada día,
comprendo el cansancio de una sociedad que tantas veces ha sido
engañada, empatizo completamente con aquellas personas que llegan a
casa después de jornadas interminables; de trabajo, de buscarlo o
hastiados y desanimados, he visto vuestros gestos, los he sentido en
mi propia carne y me hacen temblar. Pero ahora no va a ser el momento
en el que nos demos por vencidos, en esta fase histórica en la que
nos jugamos tanto sé que no bajaremos los brazos antes de la
batalla. Porque conozco a este pueblo y nunca se ha quedado impasible
ante las injusticias, sé que es consciente de que el enemigo es
poderoso, pero nosotros somos más y no nos quedaremos inmóviles,
sin nadie al timón en mitad de la tormenta, porque aunque en
ocasiones nos sintamos aislados, tenemos claro que somos
archipiélagos unidos con lazos de cariño, de amistad, de clase;
pues los problemas nos pueden parecer individuales, pero las
soluciones son comunes.
No
quiero finalizar sin deciros algo que ya sabéis y no es otra cosa
que si no hacemos política, la harán por nosotras y, casi con toda
seguridad, contra nosotras. En estos días inciertos puede parecer
todo muy oscuro, pero sólo es un nubarrón, hemos estado en
situaciones mucho peor que se pueden volver a dar. Tenemos la
responsabilidad histórica de luchar por nuestros sueños, tirar de
ese hilo rojo que a tantos les costó su propia vida; por un mundo
más justo, libre, igualitario, feminista y en equilibrio con la
naturaleza, por ese futuro que aun tenemos que conquistar. Habrán
errores y aciertos, pero cuantos más seamos en la lucha, cuanta más
presencia tengamos en las instituciones, cuanto más gente estemos en
las calles y más participación tengamos, más sencillo será
conseguir nuestro objetivos, pues son los de transformar la realidad
para mejorar la vida de la mayoría.
Así
que para concluir, sólo pediros el voto a Unidas Podemos Izquierda
Unida, tenemos un programa al servicio de las clases populares, somos
coherentes con lo que pensamos y hemos demostrado que somos los
únicos que trabajamos por el interés común y no por el del
Ibex-35. Tengo la ilusión que llenéis las urnas de esperanza, para
las generales y autonómicas, pero no os quedéis ahí, nos jugamos
el futuro de las próximas generaciones y os vamos a necesitar a
todos frente a los intereses económicos de unos pocos. Por eso, es
el momento ya no sólo de sentarnos a la mesa y escribir, como decía
Gelman, sino también de levantarnos y luchar por lo que es justo.
Que grande eres compañero!!
ResponderEliminarMuy grande Iñaki,¿cuanto trabajo haces en favor de la Memoria Histórica de la Republica? Y en tantas otras cosas ojala te podamos ver sentado en el Parlamento.
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